
13 CASILLA
2 CARVAJAL 3 VALLEJO 5 VARANE 12 MARCELO
14 CASEMIRO
22 ISCO 8 KROOS
17 VÁZQUEZ 9 BENZEMA 7 RONALDO
- 10 MODRIC x 22
- 15 THEO x 8
- 21 MAYORAL x 9
Tarde plomiza en el Bernabéu. La vuelta al 4-3-3 hace que los partidos enloquezcan y el equipo pierda el control y, lo que es peor, que Isco no brille. El malagueño es ahora nuestro jugador más fiable, pero sólo lo será jugando en la punta superior del rombo del centro del campo. Eso era negocio cuando éramos poderosos en ambas áreas. Nuestra pegada, nuestro control del juego aéreo, hacían que el Madrid ganase cualquier intercambio de golpes, fuera contra quien fuese. Ahora no es así: nuestros delanteros necesitan mil y una ocasiones para convertir un gol. Otra vez el portero del Málaga, Roberto, hizo varias paradas de mérito. Como el del Levante, como el del Betis… empieza a ser sospechoso que todos los porteros salgan del Bernabéu con la etiqueta de internacionales. Igual es que nuestros delanteros no rematan tan bien como creemos. Ronaldo ya no es el goleador fiable que asombraba Europa: ahora siempre llega un segundo tarde, remata un metro más centrado, decide un poco peor… Y de Benzema no vamos a esperar goles a estas alturas. A ver si Bale vuelve de la lesión con una buena efectividad goleadora – como en el año 2016 porque si no estamos jodidos.
Y luego está lo de nuestro área. Casilla ha cubierto la ausencia de de Navas de forma bastante mediocre. Sus actuaciones no han hecho peligrar la titularidad del tico. Le necesitamos, igual que a Ramos, que parece el único central con jerarquía de la plantilla. Nacho es siempre un 7. Tiene mérito, pero de ahí no pasa. Varane se lesiona casi como Bale y Vallejo está por probar. Veníamos de tres partidos con la portería a cero pero esta vez el Málaga, que no había marcado fuera en toda la liga, consiguió dos goles. Claro que uno fue gracias a Kroos y el otro gracias a Casilla. La baja forma del alemán hace inexplicable los pocos minutos que juega Ceballos, que sería su mejor sustituto.
He temido incluso por los tres puntos. Hubiese sido trágico que la ventaja con Valencia o Barcelona hubiese crecido hoy, en un partido a priori tan fácil como éste. Pero al final llegó el tercer gol. De penalty, ¡ya era hora! Igual que necesitamos muchas ocasiones para marcar, necesitamos también muchos penalties en contra para que nos piten uno a favor. Ronaldo falló y luego acertó. A ver si este año es así. Fallamos primero y luego acertamos. A ver si no acertamos muy tarde, cuando todo el pescado ya esté vendido.