
1 NAVAS
2 CARVAJAL 5 VARANE 4 RAMOS 12 MARCELO
14 CASEMIRO 23 KOVACIC
10 MODRIC 8 KROOS
9 BENZEMA 7 RONALDO
- 6 NACHO X 9
- 11 BALE X 14
- 20 ASENSIO X 23
El Madrid cerró el año de los cinco títulos con una escandalosa derrota en casa ante el FC Barcelona. Duele, creo, más que otras veces, porque no perdimos ante un equipo mejor que el nuestro. Son éso sí, más organizados y saben usar mejor sus recursos. LLegaron al Bernabéu sin su mejor defensa (Umtiti) y sin su fijaje estrella del verano (Dembele). A cambio nosotros les recibimos con todo el equipo disponible, el mismo que les barrió en la Supercopa, hace 4 meses.
Zidane sacó a Kovacic de titular. Llevaba yo toda la semana pensando que ZZ apostaría por el croata ya que en la Supercopa le dio buen resultado su alineación. Pero claro, aquel día jugó por Modric, no por Isco. El malagueño lleva siendo importantísimo en el equipo precisamente desde que en el anterior clásico, allá por abril, el Barcelona ganó en el Bernabéu 2-3. Desde entonces nos ha ido bien, pero ante el mínimo bajón en su rendimiento, Isco ha salido del XI inicial. Ahí siguen Kroos y Benzema, que penan por el verde como si fuesen miembros de la Santa Compaña, pero no salen del equipo ni con agua caliente. Y si Kovacic estuvo bien en la supercopa, mejor estuvo Asensio. Pero claro, este no jugó. Porque Asensio, como Isco o como Ceballos, son TALENTO, y Zidane prefiere a los picapedreros. Pese a lo buen jugador que fue, sus años en la Juventus pesaron en sus planteamientos como entrenador para recibir a Messi y sus secuaces. Zidane prefirió escudo a espada.
En el primer tiempo no pasó gran cosa. Los dos equipos se respetaban bastante, como si firmasen el 0-0. Dada la situación en la tabla clasificatoria, el empate convenía mucho más al Barcelona que al Madrid. Hubo dos ocasiones visitantes, ambas a cargo de Paulinho. Valverde, entrenador bastante más experimentado que el nuestro, mandó a Messi y a Suárez a las alas para que el «carril del 9» quedase libre para Paulinho. De este fichaje nos reímos un huevo en verano, pero es un box to box que tiene gol. Como Khedira, pero en sudamericano. Dudo que valga lo que por él pagaron, pero es mejor de lo que parece y, sobre todo, su entrenador lo aprovecha. Quizá esa fue es la gran diferencia entre los dos equipos, cómo su entrenador aprovecha sus plantillas. Mientras, nosotros jugábamos con ese extraño 4-2-2-2 que usaba Wanderlei Luxemburgo. Sin éxito alguno, por cierto. Eramos demasiado conservadores. Por parte blanca hubo tres ocasiones de gol. En la primera, Cristiano Ronaldo dio una patada al aire más propia de un niño que está empezando que de un profesional. Después el portugués se redimió rematando bien, aunque Ter Stegen, quizá el mejor portero de la liga, desbarató la ocasión. Y justo en el 44′ Benzema remató al palo. Tan escasa es la producción ofensiva del francés que un remate al poste nos parece celebrable.
Imagino la charla de Zidane en el descanso: seguimos igual y en la última media hora doy carrete a Asensio, a Bale y a Isco para matar el partido. Pero a los 8 minutos un fallo garrafal de los medio centros del Madrid permitió a Rakitic recorrer en solitario 50 metros para fabricar la jugada del 0-1. Tiene cojones que sacrifiques el talento para blindar el carril central y por ahí llegue el gol que descuajeringa el partido. el 0-1 sentó al Madrid como un tequila en ayunas, pero aún se podía arreglar la cosa. Asensio y Bale se disponían a entrar, Isco sería el siguiente. Pero llegó otra vez el Barça y una jugada embarullada acabó con penalty en contra y expulsión de Carvajal por parar con la mano un balón que ya entraba. Con 0-2 y en inferioridad, sí que no había nada que hacer. A Zidane le entró pánico, pues si el Barcelona olía la sangre el resultado podía ser escandaloso, así que salió Nacho por Benzema para dejar montada la línea de 4 atrás. ¡Zidane se conformaba con el 0-2! Inaudito. Sacó a Asensio y a Bale, desmontando el doble pivote. Isco no jugaría ni un minuto. Como en abril.
Con uno más, el Barcelona jugó a placer. Sus posesiones largas exhasperaban desesperaban a los madridistas, que sacaron un poquito de orgullo y tuvieron sendas ocasiones de gol, una de Bale y otra de Ramos. También hubo un par de manos involuntarias en el área culé de esas que antes se pitaban seguro en el Bernabéu. Los árbitros hace tiempo que dejaron de ayudarnos. Bueno, un poco sí que nos ayudó el trencilla, porque nuestro mononeuronal capitán agredió a Suárez en las narices del árbitro, pero éste sólo le sacó amarilla. Eso sí, el favorcito se lo cobró al final del partido: como lo que mal empieza mal acaba, en la última jugada marcó en Barcelona para que el marcador fuese aún más escandaloso, aún más sangrante. En esa jugada el balón había salido de banda previamente, pero ni el árbitro lo vio ni nadie se quejó. El Madrid estaba petrificado.
Nos quedamos a 14 puntos en liga, con un partido menos, eso sí. Justo igual que a finales de 2015. Entonces echamos a Benitez, llegó Zidane y han caído un montón de títulos. Incluso esa liga la perdimos por un punto. Así que las notas, en mayo. De momento sigamos remando. ¡Pero con los buenos en césped, por favor!