
1 NAVAS
2 CARVAJAL 5 VARANE 4 RAMOS 12 MARCELO
14 CASEMIRO
10 MODRIC 8 KROOS
22 ISCO
9 BENZEMA 7 RONALDO
- 6 NACHO x 2
- 11 BALE x 22
- 20 ASENSIO x 9
El Real Madrid ha ganado la tercera Champions League consecutiva. Nadie había ganado siquiera dos seguidas desde que se impuso el formato actual en 1992. Y con el anterior, hay que remontarse a mediados de los años 70, cuando Beckembauer y Cruyff lideraron a Bayern y Ajax para conseguirlo. El Madrid ha ganado 4 de las últimas 5 Copas de Europa, jugando siempre la semifinal desde el año 2010. Nunca había habido una dinastía como esta, es más, creíamos que era imposible.
Cuando ganas tantas veces, hay finales de todo tipo. De infarto, como la de Milán, que se resolvió en penalties. Tranquila, como la de Cardiff, en la que goleamos. Agónica, como la de Lisboa con el inolvidable gol de Ramos. La de hoy fue de frenopático.
Después de toda la semana escuchando lo malo que era el Liverpool, durante la primera media hora el equipo inglés dominó el partido, y los blancos parecían zombies sobre el césped, incapaces de hilar una jugada. Pero en el 30′ hubo un punto de inflexión, con una llave de judo que Ramos hizo a Salah, la estrella de los reds. El egipcio cayó al suelo y se lastimó el hombro, teniendo que ser sustituído poco después. Ahí acabaron las opciones inglesas de victoria, pues sin el barbudo el Liverpool perdía casi toda su gracia. Durante el cuarto de hora siguiente a esa acción el Madrid pasó a dominar claramente, consiguiendo incluso un gol mediante Benzema que fue invalidado por offside. La única mala noticia para el Madrid en ese tramo fue la lesión de Carvajal. Igual que hace dos años, el lateral de Leganés se lesiona en la final de Champions y se pierde el campeonato de selecciones, Eurocopa en 2016, Mundial esta vez. Salió Nacho en su lugar.
Comenzó el segundo tiempo como acabó el primero. El Madrid dominaba y su gol parecía cuestión de tiempo. Llegó a los 6 minutos y fue uno de los más absurdos que hemos visto en una final. El portero inglés, Loris Karius, intentó sacar rápidamente hacia su lateral derecho pero Benzema interpuso su puntera y desvió el balón hacia la portería. El esférico rodó despacio, aguantándose la risa. El primer gol de Benzema en una final de Champions – después de jugar cuatro – era así de surrealista.
Una vez adelantados en el marcador, el Liverpool estaba muerto. Sólo habría un problema si decidíamos resucitarlo, y así fue. Tres minutos después El Madrid concedió un corner que acabó con el empate de Mané. Vuelta a empezar; pero la sensación de que el Madrid era superior era indeleble. Isco remató al larguero y poco después dejó su hueco a Bale, que estaba en racha goleadora últimamente. El galés decidió el partido con dos goles. El primero fue antológico, a la altura del que marcó Zizou en 2002. Marcelo centra desde la derecha con su exterior y Gareth Bale ejecuta una chilena con la que emboca el balón en la portería inglesa. Y faltando 10 minutos marcó el tercero, con un zurdazo lejano ante el que el pobre Loris Karius volvió a cantar. Tuvo manos de mantequilla y no fue capaz de despejar un tiro lejanísimo , que acabó en la red. Ahí murió el partido. Kloop volvió a perder una final. Zidane volvió a ganarla. Nuestro entrenador y sus muchachos han hecho lo imposible.