13 COURTOIS
2 CARVAJAL 5 VARANE 4 RAMOS 12 MARCELO
14 CASEMIRO
15 VALVERDE 8 KROOS
22 ISCO
9 BENZEMA 7 HAZARD
- 25 VINICIUS x 7
- 27 RODRYGO x 22
Zinedine Zidane jugó en la Juventus de Turín desde los 24 hasta los 29 años, quizá la mejor etapa para un futbolista, la de mayor rendimiento. En esos años fue campeón del Mundo y de Europa con su selección, pero como entrenador parece que su etapa en Italia es la que más le ha influido. Su objetivo es controlar el partido. Que apenas haya ocasiones en ambas áreas, y si nos ponemos en ventaja en el marcador usaremos narcóticos para dormir el partido. A veces es efectivo, como hoy, pero se puede pedir un poco más al lider cuando juega en el campo del colista, prácticamente deshauciado y con entrenador llegado ayer al cargo. Cierto es que en esta liga tan comprimida interesa racionar los esfuerzos, pero toda la noche planeó sobre Cornellá el peligro de una bala perdida en el 88′ que nos hiciese perder dos puntos.
Volvió mi esquema favorito, con Isco donde más rinde, con libertad por detrás de los dos delanteros. Cierto que es cuando el malagueño se junta con Hazard y Benzema hay tres jugadores moviéndose constantemente por el frente de ataque, y se echa de menos un ancha que fije a la defensa. Los interiores, Kroos y Valverde, apenas participaban en el juego y las subidas de los laterales tampoco eran gran cosa. Teníamos el balón, pero éramos previsibles. Pese a tener el balón más tiempo, las únicas paradas del primer tiempo las hizo Courtois. Nuestras ocasiones fueron dos cabezazos a balón parado y un posible penalty a Benzema que se fue al limbo. Los del VAR a veces descansan. En el psicológico 44′ llegó la jugada del partido. Ramos bajó un balón que venía con nieve y éste le cayó a Benzema. El francés asistió a Casemiro de tacón, inventando de paso un caño sobre el defensa. Casemiro definió con la izquierda. Quizá los dos mejores jugadores del año decidieron el partido.
Tras el descanso, más de lo mismo. Pudo echar el cierre Benzema, rematando un buen pase de Isco que repelió como pudo Diego López. Hazard conducía en exceso la pelota, Isco se mostraba muy cansado así que Zidane relevó a los dos culones, poniendo en el césped a dos extremos, con intención de abrir el campo y que en una carrera marcasen el segundo. No fue así, el equipo perdió el control del juego. Como la plantilla está tan mal hecha, no había ni un centrocampista con el que refrescar el equipo, así que la táctica fue que los minutos pasasen sin que nada ocurriese. No hubo más goles, y así acabó un partido que fue tan entretenido como ver crecer una planta.