1 COURTOIS
17 VÁZQUEZ 5 VARANE 4 RAMOS 12 MARCELO
15 VALVERDE 10 MODRIC 22 ISCO
11 ASENSIO 9 BENZEMA 20 VINI JR.
RODRYGO X 20
ODEGAARD X 11
24 MARIANO X 9
El Madrid cerraba la jornada en Mestalla, feudo de un grande de nuestra liga que vive horas muy bajas. Con una plantilla corta e inexperta, los valencianistas llevaban más de un mes sin ganar un partido. Cuál sería su situación que la semana pasada celebraron un empate ante el Getafe por todo lo alto. Zidane decidió menear el banquillo más allá de lo que le obligaban las bajas de Casemiro y Hazard, y dio carrete a Isco y a Marcelo, que hace tiempo que parecen ex jugadores, en un enésimo intento por resucitarlos. Zidane quiso ser Jesucristo y hacer lo que éste, pero se hizo un lío y a quien acabó resucitando fue al Valencia.
La primera media hora del partido sí que siguió el guión esperado. El Madrid controlaba el juego y el Valencia esperaba a que el tiempo pasase. Sólo Gayá en la banda izquierda era capaz de generar peligro. Durante todo el partido el lateral valenciano fue un dolor de muelas para Lucas V., que ni es lateral derecho ni recibía ayuda de Asensio. A la media hora marcó Benzema en un chut desde fuera del área, y la cosa parecía resuelta. La confianza llevó al Madrid al hoyo.
Todos los goles locales llegaron al marcador en diferido. El primero llegó de penalty decretado desde el video arbitraje por mano de Vázquez tras centro del nombrado Gayá. No contento con cometerlo, Lucas V. mandó por el desagüe la parada que hizo Courtois al lanzamiento de Carlos Soler, pues estaba en el área antes de tiempo lo que hizo que la pena máxima se repitiese. A la segunda sí que acertó Soler. Y cuando parecía que nos íbamos al descanso con empate, Varane cometió un autogol que entró por 10 cm. Otra vez fue el VAR quien impartió justicia a favor del Valencia. Podemos hablar de mala suerte, pero no de injusticia.
Salieron de la caseta los mismos once jugadores, cuando era evidente que había que reforzar nuestro flanco derecho (Kroos por Asensio y Valverde a la derecha, por ejemplo). Había tiempo para empatar, incluso para remontar si hacíamos las cosas bien. Pero no habían pasado ni 10′ cuando el árbitro decretó otro penalty a favor del Valencia. Éste sí que era dudoso, pues se puede ver incluso falta del delantero, según se interprete. El más tibio de los penalties fue el más decisivo, pues el 3-1 (otra vez Soler) decidió el partido. Movió entonces ZZ el banquillo, sin mucho criterio, la verdad. Siguió apostando por un centro del campo de 3 (contando a Isco) y sacó a Rodrygo y a Odegaard a las bandas. Ambos fueron intrascendentes. A todo ésto, Ramos pensó que si ya nos habían pitado dos penalties era imposible que nos pitasen un tercero, así que manoteó el balón en el área con un descaro impropio de un profesional. Tercer penalty, hat trick de Soler. Cada defensa cometió un penalty o un autogol, imposible ganar algo así
Esta derrota demuestra – otra vez, que el Madrid tiene un XI aseado pero que la plantilla está muy mal hecha. Hay una limpieza esperando desde hace ya tres años. Mientras envejecen en nómina algunos jugadores que ganaron cuatro Champions, salen a buscarse la vida en otros lares Ceballos, Reguillón, Marcos LLorente o Achraff. Cualquiera de estos cuatro nos hubiese venido hoy de perlas.