1 COURTOIS
2 CARVAJAL 3 MILITAO 4 ALABA 23 MENDY
15 VALVERDE 14 CASEMIRO 8 KROOS 10 MODRIC
9 BENZEMA 20 VINI JR
- 25 CAMAVINGA x 15
- 19 CEBALLOS x 10
- 21 RODRYGO x 20
La decimocuarta conquista de la Copa de Europa ha sido la más difícil de todas. Desde que el 29 de septiembre el modesto Sheriff FC ganó en el Bernabéu, el camino hasta que Marcelo la levantó al cielo parisino ha estado lleno de dificultades, de trampas por el camino. Tras terminar primeros de grupo, el sorteo de octavos se repitió una vez que nos había emparejado con el Benfica, para terminar jugando contra el peor segundo posible a priori, el Paris SG. Después llegó el vigente campeón, el Chelsea. Luego el líder de la Premier, el Manchester City. Y finalmente el Liverpool de las 6 Copas de Europa. En todos los enfrentamientos el Madrid fue durante largos tramos inferior como bien pronosticaban las casas de apuestas. Estuvo al borde de perder y así dar la razón al Big Data y a sus muertos a caballo… pero al final las victorias cayeron de nuestro lado. ¿Casualidad? No. El Madrid ha ganado este trofeo demostrando un conocimiento absoluto del juego: cuando hay que amagar y cuándo hay que dar. Y lo ha hecho sin los dos jugadores más decisivos de las cuatro anteriores: Ramos y Ronaldo ya no están. El equipo ha triunfado por encima de las individualidades.
La final ha sido interesante. Esperábamos enfrente un LIverpool dinámico, que no nos dejase respirar, especialmente al principio. Carletto aceptó la apuesta y sacó un 4-4-2 con Valverde y Carvajal en un flanco derecho más pensado en la contención que en el ataque. Los reds tenían el balón y rondaron el gol, pero ya en las primeras ocasiones de Mané y Salah emergió la figura de Courtois. El belga sería imbatible esta noche. Realizó hasta 9 paradas, alguna de ellas antológica. En 2014 Courtois tuvo que ver cómo se le escapó de entre los dedos la Copa de Europa encajando en el 93 un gol que marcó un central, no recuerdo su nombre, a la desesperada, y esta noche decidió que no le volvería a ocurrir.
Otra vez como Mohammed Alí, anduvo el Madrid aguantando golpes que no acaban en nada y de repente sacó un golpe demoledor. En el minuto 43 nuestro Jefe Navajo Alaba salió de la cueva y encontró a Benzema en el área. Tras una serie de rechaces, el francés mandó el balón a las redes inglesas. El árbitro se echó la mano a la oreja y ahí comenzaron 4 eternos minutos en los que sesudos expertos del VAR decidían si el gol era válido o no. Mientras, en televisión nos ofrecían repeticiones y en casa comenzamos a celebrar el gol una vez demostrado que el balón llega a Benzema desde un rival, Alexander Arnold. Es un gol clavado al que marcó Mbappe a España en la final de la Copa de las Naciones en octubre tras pase del Eric García, el mediocre central del y peor pronosticador del FC Barcelona. Ante nuestro asombro, el árbitro decretó orsay. Otra piedra en nuestro camino. Se sortea y a seguir.
El gol no subió al marcador pero sí que quedó reflejado en las cabezas de los futbolistas. Al volver de la caseta el Madrid había crecido y el Liverpool había menguado. El partido se igualó y en el minuto 60 el pajarito Valverde encendió su vespino y corrió por la banda derecha con la zancada que patentó Michel. Porque hemos dicho que nuestro flanco derecho estaba pensando para defender, pero el partido que hizieron tanto Valverde como Carvajal por ese lado fue memorable. Mientras Valverde avanzaba, Benzema corrió hacia el primer palo haciendo un magnífico aclarado en el que picó Alex Arnold, el lateral derecho del Liverpool. Valverde chutó y Vini Jr apareció por ahí como un avión y embocó un gol que hace un par de años hubiese fallado. Vini Jr era objeto de mofas por sus fallos en la definición cuando llegó al Madrid. Con trabajo y entrenamiento ha coronado con este gol un curso con 22 goles y 20 asistencias. Un gol que vale una copa de Europa. Casi nada.
Quedaba media hora. Kloop movió su banquillo y realizó cuatro cambios, mientras que Carlo aguantaba en el césped con los XI del principio, que se mostraban cansadísimos. En el 83 hizo Courtois su última gran parada de la noche, rechazando un tiro de Salah que venía precedido de un control maradoniano del jugador egipcio. Pero para entronces ya habían salido Camavinga y Ceballos para refrescar el equipo. De hecho, Casrmiro o el propio Ceballos pudieron rematar el partido con el segundo gol, pero no lo consiguieron y sufrimos hasta el 95′. El pitido final confirmó nuestra nueva Copa de Europa. La número 14. La más difícil de todas. La más gloriosa.