FC Barcelona 2 – Real Madrid 1. Se va la liga antes de llegar la primavera

Fue cruel la derrota en el Nou Camp porque el segundo gol culé llegó en el 91′. Con el gol de Kessié el equipo azulgrana daba la vuelta al partido en el que el Madrid se adelantó en el 9′. El empate también llegó en un momento psicológicamente importante, al filo del descanso. Da rabia, porque este Barça no es gran cosa y es difícil de explicar que tenga semejante cantidad de puntos en su casillero. Pero el Madrid no es fiable y además tiene tres agujeros: dos en cada lateral y uno en el centro de la delantera. Benzema ha sido una sombra toda la noche, pero nadie se plantea su sustitución porque nadie puede salir por él. Y en cuanto a los laterales, ninguno de los cuatro da el nivel para jugar en el Madrid. Mendy reapareció de lesión y tuvo tiempo de perder la marca de Essié en el gol definitivo.

Por lo demás, el Madrid no jugó mal. O al menos no lo hizo peor que el Barcelona. Se encontró el Madrid con un gol a favor en el 9′, cuando un pase de Vini se envenenó tras tocar en la cabeza de Araujo y entró en la red. El partido se ponía de cara: el Madrid tendría espacios con los que usar su mejor única arma ofensiva: las carreras de Vini Jr. El Barça tomó la iniciativa y al Madrid no le importó, pues Courtois es un portero tanfiable como para dejar que el rival tire una y otra vez. Claro que a veces el cántaro se rompe de tanto ir a la fuente. Y éso ocurrió en el 44′ cuando Sergi Roberto – manda cojones – empalmó un remate a la red tras tres rebotes.

Con empate en el marcador, pensé que teníamos mejor banquillo que el Barça y si Carletto acertaba con los cambios el partido se volcaría de nuestro lado. Salió Ceballos y demostró, otra vez, que está para ser titular. Salió Asensio, que aunque a ratos parezca tener horchata en las venas tiene gol. Y en el Madrid es tan escaso que eso es un tesoro. De hecho, en el 80′ Asensio marcó el gol que parecía que iba a ser definitivo. Pero mientras el mallorquín se comía a besos el escudo de la camiseta, en el VAR andaban buscando el frame justo que demostrase que el gol era ilegal. Lo encontraron. Asensio estaba adelantado por más o menos el pelo de una gamba en la imagen que nos mostraron. El VAR no llegó para estas cosas. Ese gol se produce «en línea» de toda la vida. Además, la tecnología no permite la precisión que supone que usan desde la sala de videoarbitraje.

Esta precisión en el videoarbitraje se echó de menos cuando, momentos antes, Gavi agredió a Ceballos sin balón, tirándolo al suelo. Otra vez el VAR decide a favor del Barça, como hace una semana en la mano de Muniain o hace dos en el penalty al Valencia. Otra vez el VAR nos fastidia, como en el penalty a Benzema del Villamarín. Seguía el 1-1, pero el Madrid buscaba el gol. Tiró flojo Tchoameni, tiró fuerte Asensio… pero en una contra el Barcelona consiguió su segundo gol. En el inicio de la jugada, Lewandosky, tras el taconazo, comete falta sobre Carvajal. Otra vez en Var no entró. Es curioso que, sin decisiones VAR, la liga estaría empatada, pero todas las grises han caído del mismo lado. Tan claro como que si Gavi jugase en otro equipo tendría más tarjetas que el Trivial.

Si la liga se nos ha ido no ha sido por lo ocurrido esta noche. Más culpables son los cuatro empates en casa (ocho puntos que se han ido al limbo) y la irregularidad de un equipo incapaz de enlazar cuatro victorias seguidas. Está difícil que no la gane el Barça, aunque si el VAR decide tratarnos al revés a unos y a otros, todo es posible.

Real Betis 0 – Real Madrid 0. ¡Qué sequía!

El Madrid, máximo anotador de la presente liga, de repente se ha secado. En los tres últimos partidos ante Atletico, Barcelona y Betis sólo hemos anotado un gol, que llegó jugando en superioridad numérica. Y lo hizo un chaval del Castilla, o sea que desde el festin de Liverpool ningún miembro de la primera plantilla ha anotado. Mal Benzema, mal Vini, mal Rodrygo y mal Asensio, delanteros incapaces de marcar. Mal Ancelotti, que no busca alternativas y mal Florentino, cuya apuesta por una delantera tan enclenque nos va a costar carísima.

Tampoco nos ayuda la suerte, porque a los 15′ Benzema marcó de libre directo y el gol fue anulado porque rozó en la mano de Rüdiger, que andaba estorbando en la barrera. El gol está bien anulado porque el reglamento se diseñó en un psiquiátrico. ¿Alguien piensa que el gol es de Rüdiger con la mano? Tan preciso como fue el videoarbitraje en esta acción, dejó de serlo en un claro penalty a Benzama que se fue al limbo. El árbitro se llevó el pito a la boca, pero no lo hizo sonar. Difícil de entender que nadie se lo dijese. La persecución al Barsa se antoja una quimera cuando ves los arbitrajes que tenemos unos y otros. Igual deberíamos empezar a pagar a algún directivo del CNA.

El partido, pese a no tener goles fue entretenido porque hubo ocasiones. Courtois sacó un brazo milagroso a Borja Iglesias y Bravo también hizo alguna parada de mérito. Conforme se acercaba el final, el Madrid apretaba, sí, pero con más corazón que cabeza. En los cambios tampoco hubo mucho criterio, pues no llegó a salir Asensio – que tiene defectos y virtudes, sí, pero entre las virtudes está el gol, tan escaso entre los nuestros. Retiró del campo a Tchoameni y a Camavinga, que aportaban un físico diferencial, para dar entrada a Ceballos y a Nacho, menos potentes y que nada aportaron. Casi al final volvió a dar carrete a Alvaro Rodriguez. El canterano no lo tendrá nada fácil si juega ratos de 10′. Esta vez no llegó siquiera a tocar el balón, aunque que sustituyese a Kroos claro que fue buena idea. Tal y como estaba el alemán, como si sale doña Rogelia. El partido acabó como empezó y estamos a 9 puntos del liderato.

Real Madrid 0 – FC Barcelona 1. El peor

No es nada fácil recordar un partido peor del que hoy ha jugado el Madrid. No ha tirado a puerta. El Barça jamás ha ganado en el Bernabéu haciendo menos. Le ha bastado con ser ordenado en defensa y plantar el autobús (la Xavineta en este caso) delante de Ter Stegen. El gol culé llegó tras una pérdida lamentable de Camavinga, quien combina su exhuberancia física y técnica con errores impropios de un medio centro. Lo marcó Militao en propia puerta tras jugada de pinball.

El Madrid se mostró altamente inoperante. Sin ideas. Araujo secó a Vini Jr como acostumbra a hacerlo cuando se encuentran, y ni el equipo ni el entrenados supieron encontrar alternativas de ataque. El Madrid circulaba de izquierda a derecha el balón sin profundizar ni un poquito. Lo más que obtenía eran saques de esquina, que Kroos sacaba una y otra vez sin conseguir que el balón llegase nunca a un jugador vestido como él. Allá por el 60′ Ancelotti movió el banco, sacó a Tchoameni, colocó a Camavinga de lateral zurdo, sacó a Rodrygo por Kroos… no mejoró nada el equipo. De hecho, si hubo un gol posible fue culé, cuando Kessié remató a puerta vacía y Ansu Fati impidió que el balón entrase en la portería. Salió entonces Álvaro, que ha adelantado a Mariano como recurso desesperado, pero esta vez no fue transcendente.

No hay nada perdido, claro. Si el miércoles santo el Madrid gana en el Nou Camp esto será una anécdota. Pero me va a costar olvidar esta fría noche de marzo en la grada del Bernabéu tan lamentable.

Real Madrid 1 – Atlético de Madrid 1. Ocasión perdida

Cuando el árbitro expulsó a Correa por dar un codazo a Rüdiger, faltaban 30′ y pensé que la vicoria del Madrid era inevitable. Con uno más, el Atleti se acularía y caería algún gol. No fue así porque el gol que llegó fue de los rojiblancos. Llegó a balón parado, que es la tabla de salvación de los equipos que están con uno menos. En una falta, en un corner, todo se iguala.

El Madrid salió con Ceballos y Asensio en el Xi, y precisamente fue el mallorquín el primero que calentó los guantes de Oblak, con uno de sus característicos tiros de fuera del área. No hubo más ocasiones durante la primera hora, si acaso un par de tiros de Carrasco y Griezmann que salieron fuera por poco. En esto llegó la expulsión citada y la cosa se puso bien. Pero en el 77 Gimenez cabeceó brillantemente una falta que botó Griezmann. Lo que son las cosas: el canterano Álvaro Rodríguez acababa de saltar al césped y fue quien perdió la marca del central rojiblanco. El Atleti podía ganar, con uno menos, en el Bernabéu. El Madrid espabiló un poco y tras un tiro de Camavinga que rechazó Oblak a corner llegó el gol. Lo hizo Álvaro, de cabeza, en un gran remate. El balón lo puso Modric, cuyo balón parado supera por mucho al de Kroos. Aún quedaba tiempo, pero no hubo más goles. Algún tiro lejano de Tchouamení fue la única forma que tuvo el Madrid de marcar. No llegó el gol. Volaron dos puntos de esos que a principio de año das por seguros.